Es temporada de tomates, así que por suerte y tras gran parte del año comiendo tomates insípidos, podemos disfrutar del sabor real de esta magnífica fruta (sí, fruta).
En mi caso me los traen de la huerta así que como este alimento muy a menudo, eso sí, intento variar las formas de cocinado para no aburrirme; de hecho este año he decidido triturarlo sin más y guardarlo congelado en pequeñas dosis, puesto que durante los meses de invierno me dejo medio sueldo botes de tomate natural triturado. Os aconsejo hacer lo mismo, después solo hay que descongelar y añadir en guisos, pistos, pizzas…
La receta de hoy no tiene ciencia alguna pero espero que la disfrutéis tanto como yo.
Ingredientes
- Tomate natural
- Huevo
- Queso fresco
- Albahaca fresca
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre
- Opcional: Sal
Preparación
- Cocemos un huevo durante unos 15 minutos, enfriamos, retiramos la cáscara y reservamos.
- Lavamos los tomates y los cortamos en rodajas (mejor a lo ancho, es decir, horizontalmente, para que no se desprendan tan fácilmente las semillas).
- En un plato o bandeja ponemos una capa de tomate, a continuación el huevo en rodajas y por último un poco de queso fresco laminado.
- Lavamos unas hojas de albahaca fresca y añadimos a la ensalada.
- Por último aliñamos al gusto con aceite de oliva virgen extra y vinagre, opcionalmente se puede añadir una pizca de sal.
- Removemos bien para unificar mejor el sabor y consumimos.
¡Que aproveche!