Se aproxima el invierno y el tiempo se va enfriando mucho, por lo que se agradecen los platos de cuchara. Hace años, mis sopas no llevaban tantos ingredientes, me conformaba con un poco de zanahoria y unos fideos, sin embargo últimamente me apetecen platos un poco más completos, seguramente porque como esta receta de plato único.
Recuerdo que cuando era pequeña odiaba esta sopa, la hacía la madre de una amiga y nunca la comía muy convencida… huevo, garbanzos, fideos… demasiados ingredientes para una sopa…, sin embargo con el paso del tiempo me acorde de ella y ahora la hago bastante a menudo (versionada claro!).
Vamos allá…
Ingredientes
- Fideos integrales
- Garbanzos cocidos
- Huevo (opcional: la de la foto, no llevaba)
- Zanahoria
- Calabaza
- Calabacín
- Puerro
- Aceite de oliva
- Sal
Preparación
- Ponemos dos ollas con agua a cocer. Una con abundante agua para la sopa y la otra con la suficiente como para cocer un huevo.
- Cocemos el huevo en la olla pequeña y reservamos.
- Mientras tanto, pelamos la zanahoria y la calabaza y lavamos el puerro y el calabacín.
- Picamos las hortalizas anteriores en daditos pequeños, para que en cada cucharada puedan entrar dos o tres.
- Cuándo el agua entre en ebullición, añadimos sal, un chorrito de aceite de oliva y las hortalizas cortadas.
- Dejamos cocer durante unos 15 minutos o hasta que los vegetales se puedan pinchar fácilmente; entonces, incorporamos los fideos integrales (los podéis encontrar en Mercadona o en Eroski) y un puñado de garbanzos cocidos (previamente lavados).
- Cocemos ya con todos los ingredientes 4 o 5 minutos más y apagamos el fuego.
- Pelamos el huevo y lo añadimos picado a la sopa.
¡Qué hambre…!